Este reconocimiento resalta la vigencia de una tradición andina que simboliza la organización comunal, el conocimiento ancestral sobre los ciclos agrícolas y el respeto por la naturaleza.
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Autoridad Ancestral Campo Varayo de la provincia de Yarowilca, departamento de Huánuco, mediante Resolución Viceministerial N° 275-2025-VMPCIC/MC, por su profundo significado histórico, social y cultural que mantiene viva la memoria de los pueblos andinos a través de sus prácticas agrícolas, su organización comunal y su relación armónica con la naturaleza.
Los orígenes del Campo Varayo se remontan a tiempos preincaicos, cuando los líderes locales o sinchis utilizaban varas de mando como símbolo de autoridad y sabiduría. En la actualidad, esta tradición ancestral conserva un valor simbólico que refuerza la identidad comunal y el vínculo espiritual con la tierra, especialmente durante las labores agrícolas y las festividades tradicionales.
La Autoridad Ancestral Campo Varayo representa una expresión viva de la memoria histórica asociada a la nación Yarowilca, quien, a través de sus conocimientos sobre los ciclos lunares y agrícolas, orienta a las comunidades campesinas en la siembra y cosecha, promueve la unión social mediante las faenas colectivas y contribuye al cuidado del territorio, pilares fundamentales de la vida andina.
Su elección se realiza en asamblea comunal antes del inicio del año nuevo, y asume el cargo con una ceremonia de juramentación el 1 o 2 de enero. Su vestimenta tradicional incluye un poncho negro o habano tejido por artesanos locales, un sombrero negro confeccionado en el distrito de Obas y una chalina blanca confeccionada por sus familiares. La vara, símbolo central de su autoridad, se adorna con flores que representan la fertilidad y la conexión con la naturaleza.
En la actualidad, las autoridades ancestrales de Yarowilca son tres: Campo Varayo, el responsable de la vigilancia de las parcelas agrícolas, de coordinar las faenas comunales y el cuidado del territorio; el Campo Regidor, encargado del orden y limpieza de los espacios urbanos; y el Campo Alguacil, quien cumple funciones de asistente y mensajero comunal.
El Campo Varayo destaca además por su conocimiento de los ciclos lunares, que le permite asesorar a los agricultores sobre los mejores momentos para sembrar o cosechar, además de coordinar labores colectivas como la limpieza de acequias y caminos de herradura.
El plan de salvaguardia elaborado por el Ministerio de Cultura para esta manifestación propone acciones destinadas a fortalecer su continuidad, como la coordinación con las subprefecturas distritales para la entrega de credenciales a los Campos Varayos, la promoción de su participación en ceremonias cívicas y culturales, y la sensibilización de las nuevas generaciones para que asuman este cargo de servicio a la comunidad.
Con esta declaratoria, el Ministerio de Cultura reafirma su compromiso con la protección, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural inmaterial del país, reconociendo el aporte esencial de las autoridades tradicionales en la preservación de la identidad y la diversidad cultural del Perú.


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